La Comisión Europea presentó el programa Choose Europe for Science (Elige Europa para la ciencia), una iniciativa destinada a atraer a investigadores y científicos a la Unión Europea, especialmente a aquellos provenientes de Estados Unidos. La iniciativa se presenta como una alternativa para quienes han comenzado a buscar nuevas oportunidades de desarrollo profesional tras los recortes en el financiamiento científico impulsados por la administración de Donald Trump.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, advirtió que “lamentablemente, el papel de la ciencia en el mundo actual está siendo cuestionado. Se pone en duda la inversión en investigación fundamental, libre y abierta. ¡Qué grave error de cálculo! La ciencia es clave para nuestro futuro. Sin ella, no podemos enfrentar los desafíos globales. Por eso, más que nunca, debemos defender una ciencia universal, compartida y unificadora”.
La dirigente del Ejecutivo comunitario explicó que el programa Choose Europe for Science contempla una inversión de 500 millones de euros entre 2025 y 2027 para captar especialistas en distintas ramas del conocimiento. Asimismo, incluye el compromiso de incrementar el presupuesto destinado a proyectos de Investigación y Desarrollo (I+D) hasta alcanzar el 3% del producto interior bruto (PIB) en 2030.
El plan, originalmente propuesto por el Gobierno francés, plantea la creación de una “súper subvención” con una duración de siete años para brindar estabilidad a los investigadores más destacados. Además, prevé duplicar este mismo año el monto de los apoyos económicos disponibles para quienes decidan trasladarse al bloque europeo.
Von der Leyen recalcó que “Europa siempre optará por la ciencia. Nuestra región dispone de todo lo necesario para que florezca: inversión sostenida, infraestructura de calidad, compromiso con una ciencia abierta y colaborativa, y una economía social de mercado que asegura acceso a la educación, la salud y otros servicios esenciales”. No obstante, reconoció que los científicos en la Unión aún enfrentan una burocracia más compleja en comparación con otras regiones del mundo.
“Sabemos que el camino que va de la investigación básica al mercado no es lo suficientemente ágil ni directo en Europa. Debemos ofrecer condiciones óptimas y estables a largo plazo”, admitió. En este sentido, anunció que el bloque impulsará una nueva Ley del Espacio Europeo de Investigación para garantizar la libertad científica.
Según cifras de la Comisión Europea, en el continente trabajan actualmente 2 millones de investigadores, lo que representa una cuarta parte del total mundial. Von der Leyen destacó además que la Unión gestiona el mayor programa internacional de investigación: Horizonte Europa, con una dotación superior a los 93,000 millones de euros. Este financiamiento ha permitido apoyar a 33 ganadores del Premio Nobel en las últimas cuatro décadas.
“Queremos que Europa siga siendo referente en investigación básica, que lidere el desarrollo de tecnologías estratégicas y que científicos, académicos y trabajadores altamente cualificados elijan nuestra región para desarrollarse plenamente”, concluyó la presidenta de la Comisión.
Europa quiere conquistar a los investigadores que EE UU desprecia
En marzo, el gobierno estadounidense canceló más de 200 subvenciones federales destinadas a investigaciones sobre el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). También redujo los recursos asignados a los Institutos Nacionales de Salud para estudios relacionados con el covid-19 e impuso un recorte de 400 millones de dólares al financiamiento de la Universidad de Columbia, en represalia por las protestas pro-palestinas realizadas en su plantel en el contexto del conflicto con Israel.
Estas decisiones han generado un éxodo de investigadores que buscan continuar sus carreras fuera de Estados Unidos. Un análisis publicado en Nature señala que el 75% de los científicos estadounidenses se plantea dejar el país. Por su parte, datos de Nature Careers, una plataforma global de empleos científicos, revelan que entre enero y marzo de este año, los profesionales de ese país enviaron un 32% más de solicitudes a instituciones extranjeras en comparación con el mismo período de 2024. Asimismo, el número de usuarios estadounidenses que exploran oportunidades fuera del territorio nacional aumentó un 35%.
Paralelamente, el interés internacional por trabajar en Estados Unidos ha disminuido notablemente. Durante el primer trimestre del año, las postulaciones de científicos provenientes de Canadá, China y Europa a centros de investigación estadounidenses cayeron en un 13, 39 y 41%, respectivamente.
Frente a este contexto, diversas instituciones extranjeras han intensificado sus esfuerzos para atraer talento estadounidense, siendo Europa una de las regiones más activas. La Universidad de Aix-Marsella, en Francia, presentó recientemente el programa Un lugar seguro para la ciencia, orientado a acoger a investigadores estadounidenses despedidos, censurados o limitados por las políticas gubernamentales de Trump. Este proyecto contempla una inversión aproximada de 15 millones de euros.
En la misma línea, la Sociedad Max Planck, en Alemania, anunció la creación del Programa Transatlántico Max Planck, cuyo propósito es establecer centros de investigación conjuntos con instituciones de Estados Unidos.
España busca rol protagónico
Juan Cruz Cigudosa, secretario de Estado de Ciencia, Innovación y Universidades de España, subrayó que este país se encuentra activamente inmerso en la captación de talento científico global, con prioridad en áreas como biotecnología cuántica, inteligencia artificial, materiales avanzados y semiconductores, así como en todo aquello que refuerce la soberanía tecnológica.
Para lograrlo, el gobierno de Pedro Sánchez ha fortalecido programas ya existentes, como el Plan Nacional de Atracción de Talento, que en su más reciente convocatoria aumentó en un 50% la financiación estatal, ofreciendo un millón de euros por investigador que se establezca en el país. La mitad de los beneficiarios actuales provienen de Estados Unidos y Reino Unido.
Del mismo modo, el programa Ramón y Cajal —creado hace 25 años para incorporar a jóvenes científicos— ha incrementado su financiación en un 150% desde 2018, permitiendo la incorporación de 500 investigadores al año, de los cuales, un 30% son extranjeros.
Finalmente, el programa ATRAE fue reforzado con una inversión de 45 millones de euros para captar científicos con trayectorias consolidadas y líderes en campos estratégicos, con especial atención a expertos estadounidenses que se sientan “despreciados”. Este programa ofrece una financiación adicional de 200,000 euros por proyecto a los seleccionados provenientes de Estados Unidos.
“Vamos a intensificar los esfuerzos para atraer talento desde Estados Unidos. Queremos que vengan a hacer la mejor ciencia posible, libre de restricciones ideológicas. El conocimiento científico y tecnológico nos convierte en un país mejor, porque genera prosperidad compartida y visión de futuro”, concluyó Cigudosa durante la presentación del programa Choose Europe for Science, en declaraciones retomadas por la agencia EFE.